martes, 6 de mayo de 2014

La tortuga y la fiesta del cielo

   Un día había tres días de fiesta en el cielo; todos los animales fueron; pero los primeros días la tortuga de agua no pudo ir porque andaba lentamente. Cuando los demás ya estaban a punto de volver, ella estaba todavía a medio camino.
El último día, como mostraba un gran deseo de ir, una garza se ofreció a llevarla en su lomo. La tortuga aceptó y subió, pero la malvada ave iba preguntándole si todavía veía la tierra. Y, cuando la tortuga le dijo que ya no la veía, la soltó en el aire.
La pobre fue dando vueltas y diciendo:
Alejaos, piedras y palos, sino, os romperéis.
Las piedras y los palos se apartaron y ella cayó: pero se hizo pedazos. Dios tuvo piedad de ella, juntó los pedacitos y le dio de nuevo la vida en recompensa por la gran voluntad que había tenido que ir al cielo. Por eso la tortuga de agua tiene el cráneo en forma de maquetería.

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