En el peor momento del incendio, charles, el hijo de Edison de veintecuatro años, se puso a buscar frenéticamente a su padre entre el humo y los escombros. Por fin lo encontró observando tranquilamente la escena, con la cara encendida por el reflejo, el pelo blanco volando al viento.
—Me dolía el corazón de verlo-dijo Charles-. Tenía sesenta y siete años, ya no era joven, y todo lo que tenía se estaba consumiendo entre llamas. Al verme gritó:<<Charles, ¿dónde está tu madre?>>. Contesté que no lo sabía. <<Búscala. Tráela aquí. Mientras viva, nunca verá nada como esto>>, dijo.
A la mañana siguiente, Edison mi´ro las ruinas y afirmó:
El desastre tiene un gran valor. En él se queman todos nuestros errores. Gracias a Dios que podemos empezar de nuevo.
Tres semanas después del incendio, Edison logró presentar el primer fonógrafo.
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