viernes, 16 de mayo de 2014

El viajero sediento

   Un tren se deslizaba como una serpiente quejumbrosa. Varios hombres compartían un departamento y, como quedaban muchas horas para llegar al destino, decidieron apagar la luz y dormir un poco. Transcurrieron los minutos y los viajeros empezaron a conciliar el sueño. Cuando de repente, empezó a escucharse una voz que decía:
¡ Ay, qué sed tengo! ay, qué sed tengo!
Así una y otra vez, era uno de los viajeros que no cesaba de quejarse de su sed, impidiendo dormir a sus compañeros. Se levantó uno de los viajeros y fue al lavabo y le trajo un vaso de agua. El hombre sediento, bebió con avidez el agua. Todos se echaron a dormir y apagaron la luz. Los viajeros reconfortados, se pusieron a dormir. Transcurrieron unos minutos. Y de repente, la misma voz de antes comenzó a decir:
¡Ay qué sed tenía! ¡ay que sed tenía!.

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