Nasruddin era el bufón de la corte de un gran rey. Un día, en una fiesta, dijo algo muy gracioso, pero el rey se sintió ofendido y le dio un golpe en la cabeza con cetro. Nasruddin hubiera querido devolverlo, pero golpear al rey era una locura. Así que se aproximó al hombre que estaba más cerca y le descerrajó una patada en el tobillo.
El hombre, sorprendido, lo increpó:
—¿Por qué me pegas? yo no te he hecho nada.
Nasruddin respondió:
—Yo tampoco hice nada y mira el chichón que tengo. ¿Por que me preguntas? yo no empecé este juego, pregúntale al rey en todo caso. Aunque, de todas maneras, yo no lo haría; lo mejor será que le pases el golpe al que está a tu lado. El mundo es grande, si viene de vuelta ya veremos. Déjate fluir.
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