domingo, 21 de diciembre de 2014

Espiritualidad y pan

   Tres viajeros cruzaban juntos las altas montañas del Himalaya discutiendo la importancia de colocar en la práctica todo aquello que fueran aprendiendo en el plano espiritual. Estaban tan entretenidos en la conversación que hasta que no se hizo de noche no se dieron cuenta de que sólo llevaban consigo un pedazo de pan.
   Decidieron no discutir sobre quién merecía comerlo; como eran hombres piadosos, dejarían la decisión en manos de Dios. Rezaron para que, durante la noche, un espíritu superior les indicase quien recibiría el alimento.
   A la mañana siguiente, los tres se levantaron al salir el sol.
He aquí mi sueño-dijo el primer viajero-. Mientras dormía, fui llevado hacia lugares donde nunca había estado antes. Experimenté una paz y armonía que he buscado en vano en esta vida terrenal. En medio de tal paraíso, un sabio de largas barbas me dijo:
Tú eres mi preferido, pues jamás buscaste el placer y siempre renunciaste a todo. Sin embargo, para probar mi alianza contigo, me gustaría que te comieras ese pedazo de pan.
Es bien extraño-dijo el segundo viajero-, porque en mi sueño, yo vi mi pasado de santidad y mi futuro de maestro. Mientras miraba el porvenir, encontré un hombre de gran sabiduría que me decía:
Tú necesitas comer más que tus dos amigos porque tendrás que liderar a mucha gente, y para ello necesitarás fuerza y energía.
   Entonces, el tercer viajero, que había estado callado, dijo:
En mi sueño yo no vi nada, no visité ningún lugar ni encontré a ningún sabio. Sin embargo, a determinada hora de la noche me desperté de repente. Y me comí el pan.
  Los otros dos se enfurecieron:
¿Y por qué no nos llamaste, antes de tomar una decisión tan personal?
¿cómo iba a hacerlo? ¡Estabais tan lejos, encontrando maestros y teniendo visiones sagradas!
   Ante la expresión atónita de sus dos compañeros, les explicó:
Ayer discutíamos sobre la importancia de poner en práctica aquello que aprendemos en el plano espiritual. En mi caso, Aláh actuó rápido y me hizo despertar con mucha hambre.

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